Sobre una cama reforzada se encuentra Keith Martin, un hombre de 42 años. Se cree que es el hombre más gordo del mundo, ni siquiera es capaz de darse la vuelta él solo.
Este hombre necesita la ayuda diaria de siete personas, para que hagan las cosas por él. Entre los quehaceres que le hacen son moverlo, lavarlo, cambiarlo y dos enfermeras le curan las llagas que le provocan el estar todo el tiempo en cama.
La esperanza que tiene Keith es que le implante una banda gástrica que le permita perder al menos la mitad de su peso. Martin vive en su casa en Londres y no está nada orgullos de ser uno de los hombres más gordos, por no decir que el más gordo del mundo.
La esperanza que tiene Keith es que le implante una banda gástrica que le permita perder al menos la mitad de su peso. Martin vive en su casa en Londres y no está nada orgullos de ser uno de los hombres más gordos, por no decir que el más gordo del mundo.
En una entrevista al diario británico Daily Mail, dijo que era un chico normal hasta que su madre murió, cuando él tenía 16 años. Confiesa que nunca ha culpado a nadie por la condición en la que está, puesto que nadie le puso una pistola en la cabeza, él mismo reconocer ser culpable. Aunque también lamenta haberse hecho mal a sí mismo.
Recuerda como era su vida a los 16, cuando tenía un peso normal. Explica que hacía excursiones en bicicleta, pero cuando su madre murió, comenzó a comer y a beber compulsivamente, como consecuencia su peso se disparó hasta llegó a su actual peso que atenta contra su vida.
Su primer ingreso por su sobrepeso, ocurrió en 2001, y desde entonces, cuenta que las únicas veces que ha salido de su casa es en la parte trasera de una camioneta para cambiarse de casa cuando fue realojado o para ir al hospital.
Martin ha tomado medidas decisivas para bajar de peso, pues le han dicho que si no lo hace, entonces no llegará a los 50. Ahora, dice: “Estoy tratando de mantener mi consumo de calorías a 2.500 al día [de la media recomendada para los hombres] – puesto que era de 9.000 calorías al día”.
Concluye diciendo que no se pondrá en contacto con el Libro Libro Guinness de los récords mundiales, pues no es algo de lo cual estar orgulloso.