Si has entrado en el mundo twitteril durante los últimos meses, lo siento mucho por ti. Antes todo esto era mucho más fácil, ¿sabes? Te creabas una cuenta Twitter y contabas lo que hacías, y había gente con mucha paciencia que te leía. Con el tiempo ibas evolucionando junto con Twitter (que cambió lo suyo), ibas aprendiendo, ibas mutando, encontrabas a gente interesante, gente interesante te encontraba a ti, y tras años, puedes mirar tu timeline y decir:
ME GUSTA
Ahora es todo un poco confuso para el recién llegado.
Las personas que llevan más en el cotarro ya tienen más o menos cubierto su “cupo” defollowing y pasan de ti, o le dan a seguir sin mirar mucho a quién, porque usan listas y leen apenas el 10% de su timeline, así que es complicado que te lean a ti, que aún hueles a nuevo. Te desesperas porque nadie te menciona o te contesta.
Te lo tienes que currar, a mí ha habido novatos que me ha conquistado con sus @Gellar, pero, claro, tú acabas de llegar, y tampoco tienes muy claro cuándo deberías hacer un @Gellar, ni siquiera sabes muy bien qué es un @Gellar. A veces cometes errores, y tus seguidores no te explican qué haces mal, te gruñen o te dejan de seguir sin más, y tú no lo entiendes.
Estos últimos meses, personas de varios círculos cercanos a mí han entrado en Twitter, compañeros de facultad, amigas del instituto, ex-compis de trabajo, etc. y veo que el problema se repite una y otra vez, twittean un “¡Hola, mundo!”, siguen a amigos y famosos, se aburren y nunca más se supo. ¿Es tu caso? Déjame sacar los Werther’s y darte algunos consejillos, no de cómo usar Twitter (no dejes que nadie te diga cómo usarlo, es tuyo y lo usas como te dé la real gana), sino de cómo disfrutar Twitter.
- Mola seguir a los famosos, pero aburren a las ovejas. Están tan metidos en su ombligo, que te terminan por romper el mito y matar de sopor. A mí me pasó con Kevin Smith, que no hacía más que twittear de hockey; con Risto Mejide, que sólo se dedicaba a retwittear a gente que le insultaba o a gente que le adulaba; con Julie Benz, que parece tontita; y con Buenafuente, que respondía a la gente retwitteando la pregunta en vez de usar la arroba, lo que es detestable por el ruido que le da a tu timeline (En vez de “@Gellar Tú también te mirarías el ombligo si lograras encontrártelo” contestar “Y tú hueles mal RT @Gellar: Aburres a los hombres que miran fijamente a las ovejas”). Y eso son sólo algunos ejemplos, decenas de famosos me han aburrido por igual pero por distintas razones. Quizá te apetezca seguirlos y hacer una lista especial para ellos (hablaremos de listas más adelante).
- Las listas parecen una tontería cuando sigues a 47 personas que twittean de vez en cuando, pero te dan la vida cuando sigues a 350 que twittean varias veces todos los días. Yo tuve una crisis gorda antes de descubrir la organización por listas, no me daba el tiempo para seguir a todo el mundo, y estoy segura de que me perdí a personas muy interesantes por ello. Mi recomendación es que te hagas listas por temas y por prioridad. Puede catalogar a la gente en: alta (quiero saber qué haces regularmente), media (te leeré cuando tenga un poco de tiempo) y baja (puedo vivir perfectamente sin saber de ti en un mes). Y, más aún, yo las haría privadas, para no herir sensibilidades ni alimentar egos. Y empresas, blogs temáticos, cuentas oficiales, etc. cada una con su lista, facilitan las cosas.
- Entabla contacto. Tú esto no lo has vivido, pero créeme cuando te cuento que hace tiempo, Twitter te mostraba TODAS las respuestas que hacía la gente a la que seguías a otra gente. Era un auténtico gallinero. Ahora, excepto que sean followers comunes, la gente no va a ver lo que le dices a otra persona, y si son comunes, seguramente tengan interés por leeros a ambos y no les importará. Si sigues a alguien y te apetece decirle algo, no dudes en hacerle un reply (“@Gellar Eres mucho más aburrida desde que dejaste el alcohol”). La mayoría de la gente es educada, participativa y agradece los @mención, así que te contestarán, y si no lo hacen, es porque no tienen tiempo en ese momento o porque tienen demasiado ego. Disculpa y comprende el primer caso, no dejes de hacer menciones por eso, identifica y condena el segundo caso, y olvídate de que esa persona te conteste.
- ¿Quieres enlazar realmente ese servicio con Twitter? Quizá no sea buena idea. A mí me gusta cuando alguien twittea “Estoy viendo Twin Peaks, por un lado tengo antojo de donuts, por otro quiero contactar con el camello de Lynch”, pero aborrezco el “Is watching Twin Peaks S01E06 in @gomiso http://blablabla.bla”. Si twitteas algo así, procura aportar. Yo uso RunKeeper todos los días, pero no actualizo mi perfil cada vez que ando, a veces sucede algo fuera de lo normal, hago una caminata de 10 KM o me destrozo una rodilla, y entonces sí verás mi “EPIC FAIL, me he caído en una alcantarilla. Almudena I. Bernardos Completed a 3.16 km. walking activity using @RunKeeper.”. Tenlo en cuenta, porque puede molestar a tus seguidores, y, admitámoslo, un perfil lleno de actualizaciones automáticas es un rollazo, para ti y para el que te lea.
- Cuidado con la diarrea verbal. Hay personas a las que considero interesantes y entretenidas, pero soy incapaz de seguirlas porque twittean 100 veces al día. El twittear varias veces está muy, muy bien de vez en cuando, quizá estés retransmitiendo algo, estés en plena furia/euforia o compartas varias curiosidades, y te marques 10 tweets seguidos, pero cuidado con hacerlo a todas horas, las personas tenemos un tiempo de atención limitado. Si te gusta twittear 100 veces al día, no seré yo quién te diga que lo dejes, pero es posible que la gente deje de seguirte por ello y no sepas que es por eso realmente.
- Quizá no quieres seguir a @Yoriento. Habrá personas que Twitter te recomiende, pero normalmente es gente con miles y miles (¡incluso millones!) de seguidores, que se dedican a alimentar su propio ego e ir de gurú por la vida. Y tú, que no lo sabes, contribuyes a ello con tus retweets y tus favoritos. Como dice Escolar : En aquel momento, parecía una buena idea, pero si luego deja de serlo, no temas darle a “dejar de seguir”, es bueno para el cutis.
- Sé un ser humano. Puede que seas muy ingenioso, pero también eres una persona, no una máquina de hacer citas. A mí me gustan las personas. Me gustan las ingeniosidades, pero también me gusta que un día vuelvas piripi a casa e intentes twittear algo (“ALo msno me passse conl abebia”), me gusta que un día despotriques contra el mundo porque tengas un mal día, me gusta que compartas enlaces, citas, fotos o webs que te gusten, y, sobre todo, me gusta que respondas a la gente, porque métodos unilaterales de comunicación hay muchos y Twitter no debería ser uno de ellos. Con el intercambio disfrutas tú, y disfrutan los que te siguen.
- Ten paciencia. Por desgracia, hoy por hoy es normal que al principio tengas muy, muy poquitos followers. Entabla contacto con gente interesante, sigue sin aspiraciones de que te sigan y escribe en parte para ti mismo, así, posiblemente, conseguirás que más gente se interese en leerte.
- Y, lo más importante: no vivas para los followers y los favoritos. Tener más followers no te hace más importante. Mi madre es de las personas que más respeto en el mundo y no tiene Twitter, ni followers, ni retweets, ni favoritos, ni ganas. Llevo usando el pajarito desde el 30 de marzo de 2007 y tengo muchísima suerte de tener más de 500 followers que tienen el cielo ganado por leer mis paranoias, pero lo hago FOR THE LULZ, por las risas. Twitter pierde la gracia cuando te lo tomas demasiado en serio.
Ojalá tengas tanta suerte como yo, que he tenido la inmensa fortuna de encontrar a gente en Twitter que se ha hecho un huequito en mi corazón y que me interesa, me enseña y me hace reír cada día.
No, no sigas leyendo buscando que te dé una lista de gente a la que seguir. Mi lista de gente a la que seguir me vale a mí. Esas tonterías de las listas de “imprescindibles” son una tontería, excepto cuando las haces tú.
Fuente: http://circuloperfecto.es